viernes, 14 de diciembre de 2007

El borrador de Bali no incluirá objetivos concretos de reducción de emisiones

Las duras negociaciones que mantienen las delegaciones de Estados Unidos y la Unión Europea en la cumbre de Bali han superado un 'punto muerto' cuando los europeos han renunciado a incluir objetivos concretos y vinculantes de reducción de gases de efecto invernadero en el borrador del Tratado.

Esto supone un cambio considerable en la posición que mantenía la delegación europea hace tan sólo dos semanas. Entonces afirmaba que debían fijarse estrictas directrices para que los países ricos redujesen sus emisiones de gases de efecto invernadero en 2020. Ahora se acepta que no haya límites vinculantes a las emisiones en ese año.

Este cambio de postura puede facilitar considerablemente la firma de un Acuerdo que dé continuidad a Kyoto. Sin embargo, también supone un 'envilecimiento' de la filosofía que lo inspiró. En Kyoto se establecieron objetivos concretos de reducción de gases por países (la Unión Europea actuaba como un bloque). El acuerdo fue aprobado, pero no ratificado, por Estados Unidos, por lo que no tiene aplicación en ese país. India, China y otros países del Tercer Mundo sí lo aceptaron, pero sin que para ellos hubiera obligación de cumplir objetivos de reducción. En cambio, Europa, Japón y otras naciones tienen adquiridos compromisos serios.

Por su parte, la presidencia indonesia ha propuesto que los países desarrollados se comprometan a aceptar reducciones de las emisiones, pero con un horizonte más lejano: 2050.

En cualquier caso, y tal y como ha señalado Cristina Narbona, ministra de Medio Ambiente de España, "suceda lo que suceda, la Unión Europea ya ha asumido el compromiso de reducir sus emisiones en un 20 por ciento en 2020".
El acuerdo final está muy cerca

Sigmar Gabriel, ministro alemán de Medio Ambiente, declaró que "creo que la situación es buena, el clima en la conferencia del clima es bueno. Tendremos éxito al final. En su opinión, "Todas las partes están dispuestas a ser flexibles, a buscar un compromiso".

En el mismo sentido Yvo de Boer, jefe del Secretariado de la ONU sobre el Cambio Climático, afirmó que se estaba avanzando "muy muy lentamente; pero se está avanzando bien". Según De Boer, "los países están siendo muy cuidadosos con el lenguaje porque dan mucha importancia al viaje en el que se embarcan, y no quieren que se les lleve por un camino por el que no desean ir".

En su opinión, previsiblemente las negociaciones se prolongarán hasta bien entrada la noche. El último plazo que se había fijado la organización eran las 7:00 horas de mañana hora local (12:00 de la noche de hoy en la Península). En su última declaración pública Boer afirmaba que "se habían hecho progresos significativos".
Presiones sobre los países en desarrollo

Por otro lado, Munir Akram, embajador de Pakistán ante la ONU y presidente del grupo de países en vías de desarrollo G-77 más China, ha denunciado que los países en vías de desarrollo han sido amenazados con sanciones comerciales si no aceptaban comprometerse a limitar sus emisiones de carbono. "Hemos estado bajo una fuerte presión para aceptar compromisos para aumentar la mitigación de una forma injusta y que retrasaría el desarrollo de nuestros países", dijo.

Akram cree que la aceptación de límites de contaminación supondría la "erosión de la inercia de desarrollo y de la competitividad comercial" de algunos países, en clara referencia a China y la India. El diplomático paquistaní recordó que la Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático afirma que la reducción de emisiones por parte de los países en vías de desarrollo dependerá directamente de "la transferencia de tecnología, financiación y ayuda al desarrollo de capacidades" por parte de los países ricos. Para Akram, "Es una cuestión de pobreza, es una cuestión de humanidad".

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