El procedimiento habitual de depuración de aguas residuales y desechos industriales mediante la aplicación de compuestos de cloro resulta dañina para el medio ambiente. Pero, además, es un proceso caro. En Chile una empresa ha encontrado un mecanismo para lograr una depuración natural.
Los desechos sólidos son arrojados a una piscina, y regados con las mismas aguas residuales y un pequeño «ejército» de lombrices. Éstas se alimentan de muchos organismos; pero, al mismo tiempo, excavan la tierra permitiendo la entrada de oxígeno y la generación de más microbios. El agua residual nutre este pequeño ecosistema hasta que alcanza su completa degradación.
En declaraciones a BBC, Alex Villagra, ingeniero de Biofiltro, describe el proceso del siguiente modo: «La lombriz está encargada de mantener la flora bacteriana activa y de degradar toda la materia orgánica. Todos los sólidos mayores que vengan son retenidos por la capa».
La depuración no es completa. Por un lado se obtiene humus, un excelente abono. Por otro lado, agua libre de contaminantes en un 95%. Es decir, aunque sólo sea por ese restante 5% no es potable, aunque se emplea para el riego de jardines. No obstante, el beneficio es evidente, pues sin necesidad de utilizar ningún producto químico se logra una casi completa limpieza de las aguas.
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