Quemar bosques suele salir barato. Sólo un 1% de los pirómanos son detenidos; y de ellos sólo el 20% acaban sentados delante de un juez. Estos datos fueron presentados en el curso de la presentación del informe "Incendiarios. El perfil de los que queman los montes en España". En ese acto Miguel Angel Soto, responsable de Bosques de Greenpeace, ha denunciado la falta de eficacia de las medidas penales.
Para Soto, el problema fundamental es que la ley no se aplica: "Aunque presumamos de tener un código penal moderno, no hemos sabido aplicarlo para combatir el problema de los incendios. Ninguna administración dispone de datos sobre cuántos detenidos por este motivo pasan a disposición judicial. Tampoco se sabe cuántos y quiénes han sido condenados por quemar los montes. Y muy pocos de los grandes incendios provocados por personas jurídicas han sido perseguidos por la Justicia", añadió.
En su opinión, esto hace que entre la ciudadanía cunda la idea de que los incendiarios se mueven con impunidad. Soto señaló que "es necesario que las fiscalías de medio ambiente tengan medios técnicos y humanos para poder enjuiciar a los detenidos y romper la sensación de impunidad que pesa sobre el delito de incendio forestal". No obstante, cree que "la vía penal no debe ser la única ni la principal herramienta para prevenir este problema".
En el informe se hace una descripción de los ocho perfiles de los incendiarios responsables del 75,3% de los incendios sobre los que se conoce la causa. Soto remarcó que estos incendios con causa conocida sólo son poco más de la mitad de los 20.000 incendios que cada año asolan el país. La base empleada es el registro del Ministerio de Medio Ambiente de los incendios forestales acaecidos entre 1996 y 2005; así como las bases de datos de la Guardia Civil.
'Ganadero inconsciente' (Greenpeace)
El primer perfil, atendiendo a la superficie quemada, es el 'ganadero inconsciente', responsable del 21,5% de los incendios que arrasan con el 26,5% de la superficie. Su propósito al hacer las quemas es regenerar los pastos.
Le sigue el 'agricultor irresponsable', que al quemar rastrojos destruye el 13,9% de la superficie arrasada anualmente; una práctica que muchas veces es recurrente. Es el que mayor número de incendios provoca: el 31,2%.
Otros perfiles, en orden decreciente a la superficie arrasada son: el 'imprudente' (que tira colillas mal apagadas y realiza hogueras en condiciones desfavorables); el 'Señor Importante' (que desde sus despachos toma o deja de tomar decisiones, de forma que esta categoría alude en muchas ocasiones a personas jurídicas); el 'pirómano' (persona trastornada sin intención de hacer daño); el 'asocial conflictivo' (con problemas de integración social y de drogodependencias); el 'mal cazador' (que provoca fuegos para favorecer a determinadas especies cinegéticas); y el 'interesado' (que busca aprovecharse de los efectos de los incendios forestales por diversos motivos).
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