recientemente publicado en 'Nature'.
Desde mediados del siglo XIX la cantidad de ozono presente en la superficie de la Tierra se ha doblado como consecuencia de las emisiones de los vehículos y la industria, y por la misma quema de bosques. El ozono es un gas levemente tóxico. Dada su poca presencia en el aire que respiramos, no representa ningún peligro. Pero según los investigadores británicos su aumento puede reducir el ritmo de crecimiento de las plantas, y por tanto, la capacidad de éstas para absorber dióxido de carbono. Este gas "de efecto invernadero" sería el principal responsable del actual aumento de las temperaturas del planeta.
Según Stephen Sitch, primer autor del artículo, "Los modelos de cambio climático han ignorado ampliamente la química atmosférica. En esta investigación hemos identificado una posible causa del calentamiento global". Para Peter Cox, otro de los autores del estudio, una de las conclusiones que se derivan del mismo es que "las políticas destinadas a limitar las emisiones de ozono superficial deberían ser vistas como una alta prioridad".
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