La Cámara Baja de EEUU ha aprobado dos proyectos de ley, que reducen en 16.000 millones de dólares (11.684 millones de euros) los subsidios que recibe la industria petrolera del país y dedica el dinero a incentivar el uso de energías renovables.
La aprobación, en una sesión especial antes de su receso de verano, supone una victoria para los demócratas y especialmente para la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, que se había marcado la medida como una prioridad.
La Cámara aprobó el primer proyecto de ley, para fomentar energías no contaminantes, por 241 votos a favor y 172 en contra. El segundo proyecto, que incluye el recorte de subsidios, pasó por 221 votos a favor y 189 en contra.
El paquete legislativo de la Cámara deberá ser armonizado con la versión aprobada por el Senado, tras lo cual llegará como un único texto a la mesa del presidente de EEUU, George W. Bush.
No obstante, la Casa Blanca amenazó el viernes con vetar el documento porque, a su juicio, "reducirá la producción nacional de gas y petróleo, encarecerá la energía y subirá los impuestos", según indicó en un comunicado.
Recortes a las petroleras
La propuesta es un gran cajón de sastre de 786 páginas que incluye medidas acordadas por 10 comités distintos de la Cámara.
La acción más controvertida es el recorte de exenciones fiscales, valoradas en unos 16.000 millones de dólares (11.684 millones de euros) que habrían las multinacionales estadounidenses del petróleo en los próximos 10 años.
Además, obliga a las empresas productoras de electricidad a generar, al menos, un 15% de la energía de fuentes renovables, y aumenta los requisitos de eficiencia de los electrodomésticos y las bombillas.
También extiende garantías de crédito, desgravaciones fiscales y ayudas directas para la producción de energías "limpias" y el desarrollo del etanol de celulosa, como se conoce al alcohol destilado de paja, madera y otras materias vegetales.
Asimismo, ofrece incentivos para la fabricación de vehículos que usen principalmente etanol como combustible y para la instalación de bombas que distribuyan ese carburante en las gasolineras.
Lo que el paquete legislativo no hace es obligar a las multinacionales automovilísticas a fabricar vehículos que consuman menos. Los proyectos de ley dejan como están las normas mínimas de eficiencia de los vehículos, debido a que los propios demócratas no se pusieron de acuerdo sobre el tema.
Críticas de los republicanos
Los republicanos describieron el fin de las exenciones fiscales para las empresas petroleras como una subida de los impuestos típica del gusto de los demócratas por sacarle el dinero al contribuyente y gastarlo con alegría.
En cambio, los líderes demócratas defendieron las medidas. "Cualquiera que diga que estamos destruyendo la industria petrolera simplemente no mira a los hechos", replicó Jim McDermott, quien señaló que esas empresas se han ingresado beneficios "obscenos" desde 2004.
McDermott señaló que fomentar las energías alternativas reduce la dependencia de Estados Unidos de suministros externos. "Nuestra adicción al petróleo es lo que hace que nuestros soldados combatan y mueran en Irak", dijo.
Por su parte, Pelosi destacó que las medidas disminuirán las emisiones de dióxido de carbono de Estados Unidos en 10.400 millones de toneladas hasta 2030. "Este proyecto de ley es esencial para desarrollar fuentes de energía renovables en Estados Unidos", dijo.
Por su parte, las asociaciones ecologistas celebraron el voto en la Cámara. En un comunicado, Carl Pope, director ejecutivo del Sierra Club, la mayor organización medioambiental estadounidense, calificó la aprobación del paquete como una "gran victoria para las energías limpias".
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