Sidney (Australia). (EFE).- Al menos siete miembros del grupo ecologista Greenpeace fueron detenidos hoy tras ocupar una planta de carbón en Nueva Gales del Sur, para protestar contra la política medioambiental de la gobernante Coalición Liberal y del Partido Laborista ante las elecciones generales del 24 de noviembre.
Los detenidos son parte de un grupo de quince ecologistas que entraron y se encadenaron en la cinta transportadora de la Central de Munmorah, gestionada por Delta Electricity y ubicada a unos 110 kilómetros al norte de Sídney, informó la cadena 'Channel 7'.
Los ecologistas anunciaron que no abandonarían la planta hasta que los dos principales partidos políticos australianos se comprometieran a tomar medidas para la reducción del uso de carbón. Mientras, otros integrantes del grupo subieron al tejado del edificio y colocaron una pancarta denunciado a ese tipo de plantas como las causantes del cambio climático.
Finalmente, agentes de la policía, apoyados por una patrulla antidisturbios y un helicóptero, entraron en la central y arrestaron a los ecologistas.
Según Greenpeace, tanto la Coalición Liberal, liderada por el primer ministro, John Howard, como los laboristas, mantienen postura criticables en lo referente al cambio climático, uno de los temas de la actual campaña electoral.
La Coalición Liberal se opone a la firma del Protocolo de Kioto sobre el cambio climático, mientras que el Partido Laborista se muestra partidario, aunque ambos siguen sin detallar en que grado deberían reducirse las emisiones de gases que causan el efecto invernadero.
La acción de Greenpeace se produce un día después de la publicación del informe del Centro para el Desarrollo Global, con base en EEUU, que revela que Australia tiene las peores centrales de energía del mundo.
Dos estaciones eléctricas australianas, Bayswater y Earing, en el Valle de Hunter, en Nueva Gales del Sur, están entre las 100 centrales más contaminantes del mundo, según el informe.
Según los estudios, los australianos emiten más de diez toneladas de CO2 al año por medio de la generación de energía, mientras que los estadounidenses emiten nueve toneladas por persona y dos toneladas los chinos.
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