miércoles, 14 de noviembre de 2007

La Eurocámara prefiere una tasa medioambiental a la de matriculación

El Parlamento Europeo es la segunda institución que se suma a la idea de eliminar el impuesto de matriculación que se aplica en los diferentes estados miembros para cambiarlo en el plazo máximo de 10 años por una tasa medioambiental que grave más a los vehículos más contaminantes.



En el pleno de la Eurocámara, los eurodiputados respaldaron ayer la propuesta aprobada el año pasado por la Comisión Europea para intentar eliminar las trabas fiscales que dificultan la compra por un particular de un coche en otro país de la Unión.

Según cálculos de Bruselas, este impuesto puede variar entre las tasas aplicadas en España, entre el 12 y el 7% según la cilindrada del vehículo, hasta un máximo de más del 150% en Dinamarca.

Esta imposición que graba los coches explica, según la Comisión, la diferencia de hasta un 20% en el precio de los coches nuevos en una zona económica única como es la UE, a pesar de que el impuesto no existe en Luxemburgo, Alemania, Suecia, Reino Unido, Francia, Eslovaquia, la República Checa, Estonia y Lituania.

El problema viene cuando se ha comprado un coche nuevo, se han pagado los impuestos y se cambia de país. En muchas ocasiones a partir de cierto tiempo, existe la obligación de cambiar la matrícula por una del país de residencia, lo que obliga a volver a pagar el impuesto de matriculación.

Hasta 2008

El calendario que se propone desde Bruselas establece que hasta el 31 de diciembre de 2008, el 25% del total de los ingresos de los impuestos que gravan el coche -tasa de matriculación y de circulación- deberán estar ligados al nivel de emisiones de CO2 del vehículo, para después subir hasta el 50% a partir del 1 de enero del 2009 y hasta finales del 2010.

De esta manera los automóviles que menos contaminen serán gravados con impuestos más bajos, mientras que los deportivos, los vehículos de gran cilindrada y los todoterrenos soportarán un mayor peso fiscal.

Según la Eurocámara, el 28% de las emisiones totales de CO2 en la UE se deben al transporte y el 84% de este porcentaje corresponde únicamente al transporte por carretera, por eso defiende la instauración de una tasa medioambiental progresiva que grave no sólo al propietario sino, principalmente, el uso que se hace del vehículo.

Además, el Parlamento Europeo quiere ir más lejos y pide que se tengan en cuenta no sólo las emisiones de CO2, tal y como pedía la propuesta original de la Comisión Europea, sino también otras emisiones contaminantes, así como otros aspectos como el consumo de carburante.

Además de las ventajas medioambientales de la medida, la Eurocámara cree que también servirá para renovar el parque automovilístico de la Unión Europea.

http://www.elmundo.es/papel/2006/09/06/motor/2021022.html

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