viernes, 9 de noviembre de 2007

Rechazan expertos que la catástrofe sea producto del calentamiento global

Las secretarías de Energía y de Medio Ambiente, implicadas en descuidos, dice especialista

A. Enciso, L. Poy y E. Olivares

Las fallas en los sistemas de pronóstico, los de alerta temprana y la mala planeación, la corrupción y la deficiente política de desarrollo, así como el abandono de la infraestructura hidráulica, fue lo que llevó a Tabasco al desastre actual, afirmaron expertos, quienes rechazaron que el cambio climático ocasionara la catástrofe.

Carlos Gay, director del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la Universidad Nacional Autónoma de México (CCA-UNAM), destacó que estos aspectos motivaron el llamado de atención de la Organización de Naciones Unidas. “Lo que pasó es producto de la construcción del riesgo: es una zona baja, donde se debió controlar el desarrollo humano, hubo poca planeación y en condiciones de cambio climático se va a inundar más. Se parece a lo que esperaríamos en términos de un clima con un ciclo hidrológico más intenso”.

Frente al planteamiento del gobierno federal de que este fenómeno se debe al cambio climático, el científico dijo que lo que realmente existe es un rezago en el pronóstico del tiempo, ya que falta equipo y personal capacitado.

Por ello, indicó, Tabasco va a volver a inundarse; “a Chiapas se lo llevó Stan y está ocurriendo nuevamente; son zonas pobres, mal planeadas y no hay sistemas de alerta temprana adecuadas; es la combinación perfecta para que pasen estas cosas”, advirtió Gay.

Apoyo del Politécnico

Por su parte, Enrique Villa Rivera, director general del Instituto Politécnico Nacional, aseguró que en la zona afectada “debieron haber hecho inversiones importantes para regular todo el flujo hidráulico, pero no se han hecho por cuestiones de planeación e inversión, pero también es una cuestión de prioridades”.

Informó que como parte del apoyo a la población civil afectada, mil 560 directivos de esa casa de estudios donarán entre uno y cinco días de salario, con lo que se prevé aportar cerca de 6 millones de pesos, además de que, aseguró, “enviaremos expertos en ingeniería para las labores de reconstrucción, así como médicos y enfermeras para la prevención de epidemias o cualquier acción en beneficio de la gente”.

En tanto, Agustín Breña Puyol, hidrólogo de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), afirmó que tras la inundación que vive Tabasco “están saliendo muchas irregularidades, porque no se invirtió en obra hidráulica ni se hizo nada. Hay mucha negligencia y debería investigarse”.

En México, sostuvo, por desgracia no hay planeación, “por eso sufrimos las consecuencias de que se urbanizaran las laderas de los cauces y los vasos reguladores que permitirían controlar las inundaciones”, y agregó que es “urgente” garantizar un reordenamiento territorial en las zonas afectadas para evitar que de nuevo se edifiquen viviendas en áreas de alto riesgo.

Al respecto, Jorge Zavala Hidalgo, especialista del CCA-UNAM, afirmó que esta devastación es producto de “corrupción, mala política de desarrollo e ignorancia de quienes toman decisiones”.

Señaló que las afirmaciones del presidente Felipe Calderón son contradictorias, debido a que “si es producto del calentamiento global no hay nada que hacer ni ahora ni en el futuro, y si hubiera algo por hacer es porque no fue causa del cambio climático”.

Zavala Hidalgo indicó que esta declaración es “inaceptable, porque no hay reflexión”, y agregó que si bien ahora fue Tabasco la entidad afectada, los desastres naturales “son un problema nacional que debe ser atendido y analizado no sólo como una política a corto plazo, como ahora pretenden las autoridades federales, sino como parte del desarrollo del país”.

Gran parte de la tragedia, dijo, también está relacionada con las omisiones de autoridades federales y estatales no sólo de este sexenio, sino de anteriores. Recordó que dos de las dependencias directamente implicadas en esos descuidos son las secretarías de Energía, “la cual encabezó el propio Calderón”, y de Medio Ambiente y Recursos Naturales, de la que estuvo al frente el actual director de la Comisión Nacional del Agua, José Luis Luege. “Hay una corresponsabilidad que tiene que asumirse”, subrayó.

Cambiar la base productiva

Por su parte, Leonardo Traversoni, experto en ingeniería hidráulica de la UAM-Iztapalapa, afirmó que de nada servirá “invertir en la reconstrucción de Tabasco si no se toman decisiones distintas en torno al destino que deberá tener el estado y la opción de cambiar su base productiva, pues de lo contrario nuevamente veremos la ganadería y la agricultura arrasadas, porque las lluvias intensas que experimentó ese estado no son fenómenos que se repetirán dentro de 50 años; por el contrario, son el principio de un nuevo proceso que afectará los ecosistemas.

“Si estamos acostumbrados a ver que 30 por ciento de ese territorio es agua –agregó–, ahora tendremos que acostumbrarnos a que las inundaciones podrían afectar hasta 70 por ciento de su territorio, y vale la pena pensar qué es lo que le conviene a esa entidad para recuperar su fuerza productiva, y quizá acudir a otras opciones, entre ellas el uso racional de la pesca y una creciente reforestación de la zona devastada”.

En tanto, Gerardo Ferrando Bravo, presidente de la Academia de Ingeniería y candidato a la rectoría de la UNAM, reconoció que la posibilidad de que hubiera inundaciones “históricas” como las que se viven en Tabasco y Chiapas se conocía desde hace muchos años y se sabía bien cuáles eran los riesgos.

Aseguró que la falta de mantenimiento en las instalaciones hidráulicas, sumada a la deforestación y a la nula inversión en nuevas obras, propició una de las peores inundaciones en Tabasco.

http://www.jornada.unam.mx

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