AL OTRO lado del mundo -en el sudeste de Asia--, en Myanmar (Burma), pequeños grupos de gente armada han sostenido reiteradas manifestaciones callejeras por más de dos semanas en lo que se considera el mayor desafío que ha afrontado la junta dictatorial en una década. Las protestas han tomado las calles - aunque variando en cantidad de participantes-- por más de dos semanas desde que arrancaron el 19 de agosto pero, para sorpresa de los analistas, han continuado eruptando en varias partes del país. ¿Por qué lo hacen? Falta de libertades y costo de vida, exacerbado este por el daño ambiental causado por el hombre. Cerca de un millón de "burmeses", la mayor cantidad proveniente de minorías étnicas, han abandonado su país por razones económicas -hambrunas incluídas-- y políticas. Más de 150 mil viven en nueve campos para refugiados en Tailandia y cerca de 30 mil lo hace en dos campos en Bangladesh. Otro tanto se ha ido a Malasia.
Estos problemas serán "espiados" ahora desde la perspectiva del daño económico, local y global, y, por ello, como fuente de amenaza para la seguridad nacional de las naciones desarrolladas. Sin duda un gran cambio que trajo la modernidad.
UNA CIA ESTRATEGICA
Cuando los gobernantes y militares estadounidenses crearon la Agencia Central de Inteligencia (CIA por sus siglas en inglés), hace exactamente 6o años - en 1947-, recién acababa la Segunda Guerra Mundial y la pensaron como un cuerpo que continuara el trabajo iniciado por la "Oficina de Servicios Estratégicos".
Pero entonces el vocablo "estrategia" refería principalmente al "arte de dirigir las operaciones militares" y no a "un proceso regulable y conjunto de reglas que aseguran una decisión óptima en cada momento", como la han obligado a complementar su visión recientemente.
Los espías de la CIA y los generales el Pentágono han sido requeridos, por primera vez, a valorar las implicaciones que el cambio climático tiene para la seguridad nacional, la economía y los negocios de los Estados Unidos, mediante una legislación que eleva el calentamiento global a un asunto de defensa.
Surgido del seno de ambos partidos dominantes en la escena estadounidense, lo planteado procura que el director de la inteligencia nacional (aglutina al Consejo de Seguridad Nacional, la CIA, y al Ministerio de Defensa, entre otros) conduzca por primera vez un "estimado nacional de inteligencia" sobre el calentamiento global.
El reporte deberá identificar las regiones con más alto riesgo de "sufrimiento humanitario" y valorar la probabilidad de guerras o conflictos a causa de la reducción de fuentes de agua y otros recursos. Se le ordena al Pentágono que efectúe una serie de "juegos" de guerra a fin de determinar qué tanto el cambio climático global podría afectar la seguridad de Estados Unidos, incluyendo "las directas amenazas físicas que constituyan eventos climáticos, tales como los huracanes".
A criterio de especialistas, la creciente atención al calentamiento global como un asunto de seguridad nacional abrirá nuevas avenidas de apoyo para esfuerzos superiores que limiten los gases de efecto invernadero.
El impulso que ya da Estados Unidos (¡más vale tarde que nunca!) ---hasta Bush convocó a un foro sobre el tema-- a este asunto del calentamiento global al elevarlo a "amenaza" de estado, para muchos sigue el camino que previamente recorrió la amenaza de la propagación del SIDA como una "amenaza de seguridad".
La enfermedad fue considerada exclusivamente, y por mucho tiempo, como materia de salud hasta que las autoridades de inteligencia advirtieron que podría acarrear conflictos bélicos a lo largo y ancho del continente africano y, de paso, meter a Estados Unidos en el problema.
El reporte de inteligencia ordenado (NIE por sus siglas en inglés) a las agencias de espionaje estadounidenses deberá sustentarse en datos científicos y valorará tanto los aspectos de seguridad como económicos. "Deberá identificar lugares y países donde naciones y pueblos, o grupos étnicos, donde se pueden llegar a producir largas migraciones de víctimas. También, tendrá que responder cómo el calentamiento global podría afectar el suministro global de alimentos; y el aumento de riesgo para los humanos de contraer enfermedades contagiosas".
Ross Feinstin, vocero del director de la seguridad nacional, ha dicho que los analistas de inteligencia han estudiado el calentamiento global en el pasado pero en forma limitada. Le han dado prioridad -explicó-a lo que han considerado más amenazante a la seguridad, como la proliferación nuclear, el terrorismo global y la guerra en Irak.
¿PODER NUCLEAR SIN AGUA?
Ya en el año 2003, dos analistas del Pentágono escribieron un reporte sobre las posibles implicaciones en la seguridad nacional de un abrupto cambio en el clima. Citan, entre otros asuntos, los casos de países con poder nuclear que luchan para alimentar a su pueblo a la vez que está siendo forzado a luchar por ríos compartidos.
Concretamente, el análisis señala: "Con cerca de 200 cuencas de ríos tocando múltiples naciones, podemos esperar conflictos sobre el acceso al agua para beber, irrigación y transporte". Y agrega: "El Danubio toca 12 naciones, el Nilo corre a lo largo de nueve y el Amazonas lo hace sobre siete".
Pero no vayamos muy lejos. En Guatemala, desde hace unos cinco años, tribus de indígenas se enfrascan -entre ellos o contra "ladinos" finqueros-- en frecuentes luchas violentas cuando alguien desvía un río o se apropia de su cauce.
Por eso lo planteado a la inteligencia estadounidense establece que se vaya mucho más allá de toda previa investigación. Le exige al Pentágono evaluar, en máximo detalle, cómo el calentamiento global puede dañar la anticipada preparación militar estadounidense, en casos como el deshielo en el Ártico con respecto al accionar de la Marina.
Pero aquí, de nuevo, no podemos perder de vista lo económico y hasta con efectos para Panamá: ¿Sucederá antes del tiempo previsto ese deshielo y, entonces, traerá consecuencias económicas para el Canal?
Por otra parte, David G. Hawkings, director del Centro Climático en el Consejo de Defensa de los Recursos Naturales, afirmó a un periodista del diario The Boston Globe, que la investigación surgida hasta ahora sugiere que cambios dramáticos en las temperaturas de los océanos podrían reducir la habilidad de los barcos para operar en algunas regiones del mundo.
JALADORES DE GATILLOS
El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas también ha puesto el cambio climático por primera vez en su agenda, advirtiendo que el calentamiento global podría ser un "catalizador" de nuevos conflictos alrededor del mundo. Ya sostuvo un cónclave a alto nivel para tratar el asunto.
El embajador de Gran Bretaña ante la ONU, Emyr Jones Parry, resume el pensamiento de sus colegas: "Los gatillos tradicionales de conflicto que existen en el mundo probablemente sean exacerbados por el efecto del cambio climático".
El reciente reporte de la ONU preparado por un Panel de Expertos en Cambio Climático concluye en que "los cambios están afectando ya los sistemas físicos y biológicos en cada continente". Ejemplos hay muchos pero que nos basten estos: "En el 2006, la temperatura promedio en la Inglaterra central fue la más elevada en los registros desde que la Central England Temperature (C.E.T.) empezó a conservarlos en 1659".
Friedman cuenta en su libro "The World is Flatt que en ciertos días" dice la EPA ( U.S. Environment Protection Agency )-- casi el 25 por ciento de la materia contaminante en el aire sobre Los Angeles, casi el 25 por ciento proviene de las fábricas y plantas de energía que consumen carbón, lo mismo que del humo que expulsan los carros y el polvo que se levanta por las sequías y deforestación en toda Asia.
CLIMA: OTRO FACTOR EMPRESARIAL
Conclusión: las tendencias climáticas y ambientales en general, sean estas de origen natural o producidas por el hombre, están entre las principales fuerzas que afectan la economía de un país, su ambiente para los negocios, su estabilidad social, su conducta capacidad para actuar en los mercados mundiales y -muy importante- su actitud hacia los vecino-
Claro que no son el único factor. Sería ilógico atribuir los conflictos ocurridos en Somalia, Etiopía o Haití solamente a causas ambientales. Pero igualmente sería un grave error no considerar que la tierra en esas naciones ha sido explotada de una manera que no puede sostener poblaciones crecientes.
La degradación ambiental, nacientes desiertos, la erosión y la sobre-utilización de la tierra cultivable (o usar tierras para la agricultura cuando su vocación es forestal) lleva a pueblos enteros a abandonar sus territorios y a crear tensiones entre grupos étnicos y políticos conforme crece la competencia por los recursos escasos.
Hay una conexión muy estrecha entre degradación ambiental, crecimiento de población, pobreza, crecimiento económico y entorno nacional para los negocios, que empresarios y políticos nacionales --y regionales-- deben tomar en cuenta.
Las naciones ricas han venido haciéndolo. Hoy se sabe que la CIA y la NASA, desde hace muchos años, usan imágenes satelitales y otra información "terrenal" para pronosticar reducciones en la producción agrícola en diferentes países y
o regiones del mundo, a fin de determinar la cantidad de productos agrícolas requerirá una nación importar. Advertidos estamos de que, a partir de ahora, lo harán con mayor ímpetu, permanencia o continuidad.
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